He tenido mis réplicas y dúplicas con el post de ayer, porque claramente es un serio enunciado establecer que esto es parte de los «Juicios» de Dios sobre las naciones de la tierra. Es delicado, porque muchos entonces se levantan en argumentaciones que tratan de «ablandar» o «aminorar» el carácter Justo de Dios. Otros intentan hacernos entrar en la contradicción Dios Bueno-Creador/ Dios Malo-Destructor, y así no es la cosa.
Tampoco se trata de iniciar una campaña del terror por el fin del mundo, cual película donde no falta la señora religiosa que refriega en la cara a los demás su condenación infernal, pero requerimos entrar en cierta sensibilidad y determinación. Partiendo del pecado y caminando hacia el perdón, solo se debe dar un paso, pero del pecado hacia la indolencia, basta mantener la autosuficiencia, y por ende la consecuencia de ella será destrucción y más muerte, llámale juicio, consecuencia del pecado, como quieras. Pero estas cosas nos hace entrar en un silencio interior obligado para escuchar la voz de Aquel que tiene el control de todo, y si alguno es redargüido, entonces comenzar con el cambio de dirección.
Hay un post que quiero compartir, y que he tratado de contraargumentar, porque el tema está en boga y es necesario entrar en la reflexión, yo diría que forzosa reflexión. Yo si creo que los desastres que han ocurrido sobre la tierra son parte del cumplimiento de profecías sobre el fin de los tiempos, este terremoto y los que vendrán revelarán la soberbia que hay en los pueblos, y la manera de negarse a vivir en rectitud, verdad y justicia.
Cuando la tierra tiembla inmediatamente me digo «Dios está haciando algo» ¿Será posible comprender porqué hace las cosas así? ¿estará diciendo algo que mi conciencia aun no quiere entender?
Escribe Carlos Gonzales:
» Roberto: Temo no estar de acuerdo contigo en un punto fundamental de este post: El juicio de Dios.
Dios envió profetas. De acuerdo. Todos los “profetas” son siervos de Dios. Falso.
¿Es cada terremoto un juicio de Dios? Si no es así ¿Cuáles lo son y cuáles no? ¿Es un terremoto un llamado al arrepentimiento? ¿Arrepentimiento de quién? ¿De los ateos que creen que si Dios existe, es como un asesino de niños y de mujeres por mandar fuego del cielo y terremotos?
¿Arrepentimiento de pecadores que viven bajo la consigna impuesta de la iglesia para dejar sus decisiones personales y asumir el control mediático de un pastor iletrado, sin preparación y supersticioso? ¿Es que acaso Dios se ha olvidado de la gracia? ¿Entonces quienes murieron dormidos, en sus pecados y los cristianos que perecieron dormidos en la gracia tuvieron igual final?…
Aquí mi respuesta a esta parte
1. Desconozco tu sensibilidad espiritual al respecto, pero sí comprendo el reproche a algo tan rudo como decir que «estamos bajo juicio de Dios» y que este terremoto es señal de ello. Y Reproche por la formulación de tantas preguntas, algunas respondibles en un dos por tres y otras que exigen desarrollarlas exhaustivamente. Sensibilidad en el sentido de poder determinar con certeza, si una palabra es o no de Dios, si tal profeta es o no de Dios. Y siguiendo el parámetro que mucho ponen para «juzgar las profecías», puedo decir esta vez, que Dios dijo y el profeta habló y se cumplió.
2. Yo creo que un terremoto no es evidencia necesariamente de un juicio de Dios en sí mismo, ES EVIDENCIA DE QUE DIOS ESTÁ INTERVINIENDO EN MEDIO DE LAS NACIONES, PAÍSES, PUEBLOS. Espero tengas paciencia par este discurrir:
a) El mismo Job, en el capítulo 9:3 dice respecto a la Soberanía de Dios « El arranca los montes con su furor, y no saben quién los transtornó; Él remueve la tierra de su lugar; y hace temblar sus columnas» ¿Esto que pasó en mi país ahora y el 85 (tb. en el tuyo) no es de Dios? ¿Es la naturaleza suicida que se destruye así misma? ¿Dios es un ser caprichoso que maneja la naturaleza sin considerar a la humanidad? o ¿La naturaleza ha quedado en descontrol y se rebela contra Dios matando a la gente a diestra y siniestra?
b) La Biblia muestra maravillosamente que cuando Dios interviene sobre la tierra, ésta tiembla:
– «Él mira a la tierra y ella tiembla; toca los montes y humean» Sal. 104: 32 . Y es científicamente comprobado que la tierra está en constante temblor, algunos son imperceptibles, pero otros a nivel de terremotos. ¿Por qué? La explicación del racional sera unicamente el movimiento de las placas tectónicas, incluso el mas osado dirá que fue el Haarp, pero un creyente que considera las Escrituas ¿tendrá la misma respuesta? ¿podrá encontrar la causa última de todas estas cosas?
– «A la presencia de Jehová tiembla la tierra, a la presencia del Dios de Jacob»Sal 114:7. ¿Dios debe ser marginado de los fenómenos de la naturaleza y decir que la tierra se mueve porque es parte de su esencia ser así? ¿A caso Dios no tiene el control del eje de la tierra o de los segundos del día?
– «Voz de Jehová que hace temblar el desierto…» Salmo 28-29a.
3. Claro, no todo temblor es evidencia de un juicio, hay momentos que sucede por la manifestación de la Presencia de Dios como en los tiempos de Isaías cuando entro al Santuario, en Pentecostés y posteriormente con la manifestación de la iglesia primitiva narrada en varias partes del libro de Hechos, pero también es evidencia de Juicio sobre la tierra, y Juicio por causa del pecado. Pero claro, a alguien que aborrece al único Dios o dice que no existe es motivo de risa y burla, sólo hasta que su vulnerabilidad queda completamente expuesta. Es que no estoy pretendiendo satisfacer a alguien así con este discurso, sino a quien Sí cree que Dios existe, y que sabe que son los tiempos finales, simplemente me provoca algo de asombro que aún entre creyentes exista este nivel de relativismo acuñando el movimiento «natural» de la tierra a un mero «fenómeno» sin mayor intervención divina. Si pedimos a Dios que libre nuestros países de estos males ¿por qué sucede igualmente como sí Él no escuchara la oración?
– «Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación.» Jeremías 10:10. Lo maravilloso es que su Ira es momentánea, porque el Sí tiene Misericordia de nosotros. ¿Alguien quiere tentarlo?
Escribe Carlos Gonzalez:
«Amigo, esto no es juicio. Es un hecho de la naturaleza. Alguien preguntó en su cuenta de Twitter: El Dios que mata con terremotos ¿es el mismo al que la gente reza por ayuda después de ellos? Ese es el que se tiene que arrepentir… y nosotros, diciendo que sí, es el mismo Dios. ¿Será para condicionarlo con miedo a que Dios lo aplaste si no se inclina a adorarlo? ¿Seguimos a Dios por pánico o por temor reverente?
Dios no se ha olvidado de la Gracia, pero la palabra de Dios es insistente, el pecado es un asunto grave, y afecta todo lo que lo rodea, inocentes y culpables, y mi nación está en pecado, así como todas las de la tierra. » Porque la paga del pecado es MUERTE…para mí el SIDA no es una cuestión solamente explicada por la ciencia, es un Juicio de Dios por el pecado, y fíjate que son afectados por él heterosexuales, homosexuales, promiscuos o no. ¿Entiendes lo grave que es el pecado? Amigo, el pecado tiene juicio, aunque queramos taparlo con bondad, y la única manera de estar en la Gracia de Dios es por medio del arrepentimiento genunino.
Es que ese comentario de Twitter no es precisamente un cuestionamiento a Dios, sino a lo que «los hombres» dicen que es Dios. Porque es tan insuficiente la capacidad del hombre para comprender incluso su propia cabeza ¿cómo intentarán comprender las decisiones de Dios si no sabes cómo piensa? Y por supuesto, tienen plena libertad para entrar en esa crítica, por un lado presentando un dios benevolente que mata, y no se equivocan, pero esa no es la forma de presentarse al hombre, porque Él vino para que se manifiesta la vida sobre la muerte, y ese mensaje queda pendiente cuando hemos sido salvados de la destrucción, para tristeza de quienes han perdido a un ser querido, pero con la esperanza de reencontrarse con la Vida.
Tu cuentas que conociste al Señor en el terremoto del 85 en virtud del amor de Dios que operó en unos hermanos, que bendición que hayas tenido esa oportunidad, y es precisamente esa la actitud de la iglesia hacia el mundo en tiempos como estos, pero dentro de la iglesia, y más aún para el que lleva años en ella, esto se presenta como una oportunidad para remover las enmohecidas estructuras y sus personalismos fatales, orgullo denominacional y un cuanto hay de cosas que hacen que la iglesia sea motivo de burla y por lo mismo, que se coma así misma con la murmuración.
Las cosas espirituales deben discernirse o juzgarse espiritualmente, pero para el hombre natural, «científico- racional» son locura. Entonces, nunca podremos dejar contento el intelecto de un masón, librepensador, agnostico o ateo con estas cuestiones, es imposible que la mera argumentación provoque una convicción tal en sus vidas para arrepentirse de sus malos caminos, es que ellos «hacen el bien» «sirven al prójimo», pero justifican todo en sí mismo como si fueran un dios y suficientes salvadores. Eso es soberbia, y eso es pecado, y el pecado trae juicio, más Dios se revela por medio del juicio para que enmendemos nuestro mal proceder en las cosas, dejemos de depender de nosotros mismos, y nos convirtamos a Él, manifiesta su Misericordia y permite que el que ha sobrevivido pueda tomar la decisión correct.
¿Y si quien falleció nunca tuvo oportunidad para conocer del evangelio?.La iglesia es la primera en responder por esto como «pastores» de una humanidad, ella ha sido la comisionada a extender el mensaje de reconciliación y restauración, y además a ella se la llama a dejar de ser tibia, a dejar la idolatría, a terminar con la falta de integridad y en el relativismo para vivir, a ella se la reprende como hijo, no somos bastardos. Es a ella que se la desafía a ser fiel hasta el fin y heredaremos cuantas cosas, el mundo debe abrir su corazón al Amor de Dios para experimentar la sanidad, pero ella empieza en la iglesia, manifestación viviente del Amor en el mundo hoy.
Yo no se como te han enseñado la escatología, o el estudio del Libro de Apocalipsis, pero todo cristiano está conciente que estos son los tiempos finales, y que Cristo pronto regresará, y creo que también lo crees. La escena postrera para quienes NO conocen o NO quieren o NO creen, es devastadora. Fue profetizado por Jesucristo Como «Principio de dolores» en Mateo 24, y si lees Apocalipsis bajo el prisma del Espíritu y no según las reglas de razón o una hermenéutica antojadíza comprenderás que es un terremoto tras otro, un desastre tras otro, cataclismos y muertes, y todo ello por haberse multiplicado la maldad de la tierra. La ausencia de la Gracia en las personas, expone sus almas a las destrucción.
Hoy hay muchos como tu, Carlos, conociendo a Jesucristo en medio de esta catástrofe, pero no es la argumentación de palabras bíblicas las que los transforma, tu sabes que esa es la obra del Espíritu Santo. Y claro que pareciera que Dios fuera incoherente en su proceder, salvando a unos y dejando morir a otros, solo recuerda que el pecado es un asunto grave, que afecta no solo al que cae en él, sino todo su medio circundante, inocentes y culpables, justos e injustos, sobre todos resplandece el mismo sol, alguno que murieron sí fueron salvos por la Gracia que en ellos había, pero otros, habiendo o no tenido la oportunidad de conocer del evangelio están destinados al la segunda muerte.
¿Quienes son además responsables por aquellos que murieron sin saber de Dios? Creo que esa respuesta nace ya en tu mente. Sí, el llamado al arrepentimiento es a toda persona, y la iglesia no queda ajena a ello, necesita hoy más que nunca ser sensible a estas señales que ponen a quienes la rodean en sobreaviso, señales que dan el impulso de su servicio en la tierra. Somos sus hijos, y como tales requerimos ser corregidos cuando actuamos contumazmente, y basta mirar la queja de los hijos en cada blog que dice «denunciar proféticamente» los errores de la iglesia para darse cuenta que necesitamos corrección. Y hasta creo que más de alguno si lo hace en serio y dice verdad, pero en un código poco adecuado.
El pecado es una cuestión grave, con o sin juicio, debemos reconocer que las cosas no están tan bien como creímos, y necesitamos un cambio de actitud ahora, por el bien de nuestro país, por el bien de nuestra alma.
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