Como personas que no saben lo que hacen…

«…Si el problema no es que se nombren a personas, el problema es HABLAR MAL DE ELLAS, tienes todo el derecho dado por la autoridad de la Palabra para CONTENDER POR LA FE, pero el cuidado está en evitar tanta visceralidad y tratar a los demás con la descalificación propia de quien hace que el SOL SE PONGA SOBRE SU ENOJO, Airense, molestense todo lo que quieran si notan a alguien con herejías, denuncienlas, confróntelas, pero evite pecar por medio de la maldición, insultos, sacando en cara cuestiones personales, faltando contra el honor, denostando. NO MURMURAR es respetar a los demás, es hacer a otros lo que no quieres que te hagan a ti, es cerrar la boca antes de hablar con falta de sabiduría, es amar a la iglesia, a tus amigos y a tus enemigos. No se trata de callar ante las falsas enseñanzas o profecías, se trata de mirar a aquello como personas que no saben lo que hacen.»

Año 2010, el año en que la «ola de murmuraciones será detenida»

Estamos comenzando un nuevo año, desde el 2006 hemos alentado a nuestros lectores a una mejor ética cristiana, aprendiendo a madurar en el lenguaje y a ser discretos y prudentes en la conversación. La murmuración ha seguido siendo una fuerte opositora de la unidad de la iglesia de Jesucristo, aunque ella terminará solo cuando el acusador de los hermanos sea hechado en el lago de fuego en el día final, podemos detener el avance de todo lo que ataque la unidad y el sentido de paz en medio de nuestras comunidades cristianas.

Hace poco leía una «proclama profética» de un reconocido pastor, y entre sus puntos mencionaba que en este año se levantaría como una «ola de calumnias y difamaciones contra los ministros de Dios».  Pero  me niego a que este sea un año así, y declaro que será un año en que esa ola de calumnias y difamaciones no se levantará contra los ministros de Dios. Nadie que siga la dirección del Espíritu Santo debe ignorar las maquinaciones del diablo, pero no podemos permitir que nuestras declaraciones se transformen en proclamas de tormento y pesimismo, precisamente porque en estos menesteres necesitamos creer que la unidad de la iglesia es posible. Una proclama como esta no hace sino traer más violencia, más desazón, una sensación de inseguridad que nos lleva a «velar» hasta nuestra retaguardia y vivir creyendo que en cualquier momento alguien se levantará para denostar a alguien y «destruir su reputación». El mensaje es claro, las oraciones de los justos pueden mucho, pero más poderoso el testimonio de aquel que ora mucho y vive en integrida, porque aunque traten de venir con un millon de injurias y calumnias sobre alguien, el testimonio del siervo hablará por sus frutos, y esos frutos se cultivan con la trasparencia de un niño que vive sin ocultar nada.

Los tiempos finales en que estamos nos hablan de destrucciones, de engaños y amenazas de tribulaciones, nos invitan a sensibilizar nuestros sentidos para reconocer las señales, y estar alertas para actuar como es debido, y aunque se levante una ola de profetas dando alarma de destrucciones sobre los pueblos y congregaciones mi alma está confiada que quienes ataquen a la Novia, serán impedidos de destruir sus vestiduras, y por tanto no seremos conmovidos en tiempos de violenta tribulación.

Agabo profetizó que habría gran hambre en toda la tierra habitada, y la iglesia se dispuso a enviar socorro a Judea para los hermanos de esa localidad. Hubo una voz de alarma, y la iglesia responde ¿con oración? Seguramente, pero las obras de la fe hicieron más efectiva la oración por el testimonio de servicio que demostraron al reunir ayuda material por medio de Bernabé y Saulo (Hechos 11: 27- 28).

El mismo Apóstol Pablo luego fue receptor de una profecía, antes, el Espíritu Santo lo movió a ir a Jerusalem, y él “Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones” (Hechos 20:22-23). No debe haber pasado mucho de estas palabras, y aparece nuevamente la figura de Ágabo quien le dice por inspiración divina qué era lo que le sucedería en Jerusalem» Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo, quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y entregarán en manos de los gentiles”. (Hechos 21:10-11)

El Espíritu Santo nos ha dicho a nuestros corazones que seremos vituperados, que no nos amedrentemos cuando se levanten mentiras en contra nosotros, porque nuestro galardón es grande en los cielos. Se han levantado maravillosos hombres profetizando que habrá ola de calumnias y murmuraciones contra nosotros, contra pastores y siervos reconocidos ¿Cuál será tu actitud al respecto? Oraremos por nuestros pastores para que cualquier dardo malicioso no llegue a sus corazones, y si somos siervos,  es decir todo creyente en Cristo, sea líder, pastor o un recién convertido, dejaremos que el testimonio hable más que una predicación o un mensaje lleno de fuego.

El Apóstol Pablo, después de oir a Ágabo ¿ Se arrepintió de ir a Jerusalem? No, el tenía clara la misión, llegar hasta las últimas consecuencias por causa del Evangelio. La respuesta a la profecía de Agabo:

Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, mas aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús” (Hechos 21:13).

Aunque se levante una y otra ola de murmuraciones contra nuestros pastores, nosotros no dejaremos que la mentira toque nuestras mentes, oraremos aplicando la Sangre de Cristo y  seremos gente proba que haga de su estilo de vida el mensaje más potente para nuestras generaciones. Mientras tanto, sigamos llevando la antorcha de la Palabra, Cristo viene, y no podemos permitirnos horas y horas de luchar contra algo que sólo el testimonio y la Sangre de nuestro Señor pueden detener, el tiempo se acorta, y la Salvación debe alcanzar hasta la última persona de la tierra. Iremos a «ese Jerusalem», y aunque nos aten, dispuestos estaremos a morir por el nombre del Señor.

Año 2010 el año en que la ola de murmuraciones será detenida. Amén.

8 de Julio, día de Oración por una iglesia sana. DILE NO A LA MURMURACIÓN

Por tercer año consecutivo Profetas Vivientes,  junto a la Red de Cibernautas contra la murmuración, invita a sus lectores, amigos, hermanos en la fe,  a un tiempo de oración y quebrantamiento personal.

La internet ha sido una excelente herramienta para transmitir ideas, expresar pensamientos, y obtener información con la distancia de un click, ha resultado ser una herramienta poderosa para transmitir el mensaje de la Cruz, el evangelio de la paz, el mensaje del Amor de Dios; pero sin ignorar las maquinaciones del diablo, ha sido usada para traer la discordia, la contienda y las divisiones. Pues no es menor el daño que se ha realizado por medio de los foros y blogs para sembrar el mensaje del rencor, las iras y las divisiones,trayendo una polarización vergonzosa en medio de la familia de la fe.     Mientras  una iglesia o denominación se encuentre dividida, todo un país será alimento de la división, desequilibrio en la repartición de las riquezas, abusos de los que obstenta poder, rebeliones de las clases obreras, anarquías que trastornan las calles, una política ultrapolarizada. Basta mirar las noticias y descubriremos los estragos que causa a diario el mensaje del odio. ¿La iglesia donde está?

Porque una nación enferma, es reflejo de una iglesia también enferma.

La murmuración ha causado bastante estrago en medio de nosotros, en los particular de la blogosfera, varios se han especializados en difamar a otros, políticos, gobernantes, pastores, iglesias, músicos, salmistas, hermanos, etc. Amparados en su pseuda «libertad de expresión» han logrado contaminar la mentes de los incautos y neófitos en ciertos temas, y seducidos por la verborrea político- espiritual obtienen el resultado: más contienda, mas separación, mas rebelión.

Porque amamos la iglesia de Cristo es que le diremos No a la rebelión, No a la Anarquía espiritual, No a la Murmuración. Desde ya disponiendonos en el hablar cotidiano, evitando siquiera aludir a alguien no presente en una conversación con amigos, hermanos, etc. Este 8 de Julio, cuando tengas tu tiempo devocional personal, dedica unos minutos a orar por la Sanidad de la iglesia, que la Misericordia de Dios se manifieste en medio de tu iglesia local y familia, que Dios pueda quebrar las cadenas de maldición que ha traído la murmuración o el mal hablar de otros.

En tu lugar secreto, tiempo devocional:

1. Agradéce a Dios por la iglesia a la cual asistes y por los consiervos y hermanos que tienes, por los discípulos que ministras.
2. Bendice en oración a tus líderes y pastores, y vuelve a agradecer a Dios por sus vidas, por la paternidad espiritual que extendienden sobre tu vida. Si has murmurado alguna vez contra ellos, pide perdón a Dios, y determinate a nunca más hacerlo, pide sabiduría para restituirles, anda donde ellos dentro de los siguientes días, y reconcíliense con  un abrazo sincero. Una palabra de perdón es un potente argumento de bendición a favor tuyo. Ora para que se quebrante toda maldición sobre sus vidas, familias y ministerios. La Sangre de Cristo los cubre.
3. Declara palabras de Fe sobre los mencionados, no los acuses ante Dios si ves en ellos falta de compromiso, falta de fe, falta de lealtad, sino que profetiza que son personas consagradas, llenas de fe, leales, no murmuradoras, recuerda que cualquier argumento negativo que hablemos de los demás puede ser usado como un argumento destructivo que Satanás, el acusador de los hermanos,  puede usar ante el Tribunal de Dios. Si fuiste herido por algunas de sus palabras es tiempo de perdonarles, y rogar a Dios que sane tu vida.
4. Intercede por la sanidad de tu iglesia local, que la Gracia del Altísimo produzca reconciliación y perdón, sobre todo si tú, tus hermanos y pastores fueron víctimas de la murmuración. Seguramente tu iglesia tuvo algún tipo de quiebre en el pasado (divisiones), ruega a Dios para que la maravillosa sangre de Cristo pueda traer restauración definitiva sobre los involucrados en ella. Ora por aquellos hermanos que ya no asisten a tu congregación por causa de las murmuraciones que ellos mismo divulgaron entre los demás, y ruega a Dios que haga misericordia con ellos de modo que antes del juicio venga tiempo de gracia para que el Espíritu Santo les redarguya y escudriñe sus corazones. Recuerda que tu oración no debe ser una acusación ante Dios, sino que declarando en fe que son íntegros,  y la oportunidad de que la Gracia les permita experimentar el arrepentimiento y el perdón.
5. Intercede por la realidad evangelica local, nacional y mundial, declara que el pueblo cristiano está más unido que nunca. Pide perdón en nombre de aquellos que han murmurado y son de distintas denominaciones, ora tanto por las víctimas de la murmuración, calumnias, difamaciones, etc. como por aquellos que fueron los victimarios. Declara palabras de bendición sobre los pastores de otras denominaciones y las iglesias que ministran.
6. Pide a Dios que la Sangre de Cristo se aplique en nuestras bocas y mentes, y que sea ella la que destruya las potestades de mentira y engaño, es tiempo de hacer Guerra espiritual.
7. Termine este tiempo con adoración y alabanza extrema, si se ha reunido con más hermanos comiencen a bendecirse con palabras proféticas, de bendición.

Yo creo que la Oración de Cristo, esa que habla de la unidad de la iglesia, se comenzará a cumplir en estos tiempos, creo que la iglesia de Cristo experimentará un tiempo de reconciliación como nunca antes se ha visto en su historia, Cristo Viene, y es tiempo de vestirse del lino fino y resplandeciente para recibir al Rey de Reyes, y Señor de Señores.

» Dios del cielo y la tierra, que habitas más alla de la eternidad. Sé que pronto darás la señal final, y enviarás a Jesucristo por Segunda Vez para recoger a quienes han experimentado en carne viva de la Gracia, porque el evangelio está siendo predicado en todo el mundo, a toda tribu (indígena, étnica, urbana), a toda lengua, nación, estrato social, ámbitos sociales (política, cultura, religión, educación), y como dijo el Señor, entonces será el fin.

Quizás mi petición es algo osada, pues de antemano conozco tu Soberanía al respecto,  y te mantienes firme con tus decretos y tiempos, pero si fuera posible  un poco de tiempo adicionado a  tu cronómetro, que la espera por tu Venida se extienda un momento solamente,  para que  tu iglesia, en medio del valle de la decisión,  tenga tiempo de ejercer el ministerio de la Reconciliación, logre  la unidad en el espíritu, para que se desate tu compasión sobre tu pueblo y dejen de ser usados por el maligno en las contiendas y apologías infructíferas.

No te pido que no vengas, pues es lo que más anhelo desde que te conocí, sino que permitas que la Oración de Jesucristo, cuando clamó por nuestra Unidad  pueda cumplirse, para que la vírgen imprudente entre en conciencia y busque aceite para su lámpara, y el siervo irresponsable entre en razón y administre sabiamente el talento dado por su Señor. Que la oveja perdida pueda ser recuperada y sea devuelta a las 99.

En mi ruego no deseo  que se retarde el Regreso de Jesucristo, sino que por un momento solamente tu iglesia experimente la Revelación de tu Cruz como lo experimentaron tus siervos y siervas en el pasado, experimente cual rhema, el llamado a  la unidad y así  el mundo crea que Tú nos enviaste, tengan la oportunidad de ir a tus nuevo cielo y nueva tierra con nosotros. Te pido una vez más, sana a tu iglesia, toca a tu pueblo, restaura tu gobierno sobre todos nosotros, y que la luz de tu Presencia resplandezca en nosotros. Que las calles no se tiñan más de la sangre de los hombres por sus guerras y vanidades, sino que corra por ellas la Sangre que restaura, sana, salva, redime, la Sangre preciosa de Jesucristo.

Sana a tu iglesia, Señor…»

Mara, o las Aguas Amargas Endulzadas, Sermón de Charles Spurgeon.

Citas de un  Sermón sobre la prueba y la murmuración,  predicado la mañana del Domingo 23 de Abril, 1871 en  el Tabernáculo Metropolitano, Newington, Londres.

«¡Qué cambio tan repentino del sonido del pandero a la voz de la murmuración! Hace tres días ustedes vieron a las doncellas que danzaban, y poco se imaginaron que ellas formarían parte de aquella turba clamorosa que rodea al siervo de Dios y clama: «¿Qué hemos de beber?» Tan veleidoso y voluble es el hombre, que así son los cambios de nuestros sentimientos internos por nuestras condiciones externas.»

«Es un hecho que la inclinación de la naturaleza humana es a murmurar. Ellos murmuraban, se quejaban, criticaban. Se trata de algo muy fácil, pues la propia palabra «murmurar», es sumamente simple, compuesta de dos sonidos infantiles: mur mur. No contiene ningún sentido, ninguna agudeza, ningún pensamiento: es más bien el grito de una bestia que el de un hombre mur mur (ar)– solamente un doble gemido. Fácil es para nosotros dar coces contra las dispensaciones de Dios, dar expresión a nuestras aflicciones, y lo que es peor, a la inferencia que extraemos de todo ello, que Dios se ha olvidado de otorgar la gracia. Murmurar es nuestra tendencia; pero, mis queridos hermanos y hermanas en Cristo, ¿pretendemos acaso que las inclinaciones de la vieja naturaleza nos gobiernen? ¿Murmuraremos? Oh, que tuviésemos gracia para más bien decir con Job: «He aquí, aunque él me matare, en él esperaré.» ¿Se ha de lamentar el hombre viviente? ¿Acaso no hemos recibido tanto bien de las manos del Señor que muy bien podemos recibir mal sin rebelión? ¿Acaso no frustraríamos a Satanás, y someteríamos la inclinación de la carne, si dijéramos en el poder del Espíritu de Dios: «Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito»

«Nosotros negamos, tal vez indignadamente, que murmuremos contra Dios; y para demostrarlo, redoblamos el celo con el que murmuramos contra Moisés. Quejarse de la causa segunda es aproximadamente tan razonable como la conducta del perro, que muerde el palo con el que es golpeado. No le debe ningún enojo al garrote, sino a la persona que lo usa.

«¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho?» Cualquiera que sea el instrumento, el Señor gobierna. En lo más íntimo de nuestro corazón, nuestra rebelión es contra el Señor mismo. No tenemos la suficiente honestidad para hablar mal de Dios abiertamente y sin disimulo, y así, hipócritamente, cubrimos nuestro descontento contra Él, murmurando contra alguna persona, ocasión o evento. «Si no hubiera salido en una ocasión como esa, no habría pescado ese resfrío y no habría tenido que guardar cama.» Así culpamos a una circunstancia accidental como si no fuese parte del ordenamiento divino.

Este quejarse de la causa segunda, ¿es mejor que hablar mal de Dios? Pienso que no, pues, de hecho, es hablar mal de Dios, y es, en adición, una injusticia para con la causa segunda, convertida de esta manera en el blanco»

«Detén tu lengua, hermano mío; cesa de cavilar contra esto y aquello, contra esta persona o esa; pues ten la seguridad que estás actuando injustamente para con tus semejantes y haciendo mal para con tu Dios.«

Sermón Completo Acá

Preparándonos para el 8 de Julio. Parte I

Estamos a un par de semanas para unirnos en el espíritu por medio de la oración, clamando a Dios por la iglesia que ha sido ensuciada, contaminada o enfermada con la murmuración, contiendas y divisiones. Desde ya comienza a preparar tu tiempo de comunión, manteniendo la integridad de la vida ante todo. Cuando hables con Dios pídele que examine tu corazón y pueda revelarte si en algun instante de tus labios salió agua amarga y si estás conciente de que hablaste mal de otros tiempo atrás entremos en un tiempo de contrición y arrepentimiento, y si tienes la posibilidad de acercarte a esas personas restaura con palabras de bendición sobre ellos.

Son unas semanas y días para unirnos en fé, declararemos que somos una iglesia que vive en la integridad basada en una conducta fiel a la Palabra y que se ama entrañablemente, no es un tema solo de unidad sino que de sanidad interior desatada sobre todo el cuerpo de Cristo. Lleguemos al lugar secreto con nuestras vidas reconciliadas con Dios y con nuestra familia de la fe, sé que sucederan milagros en tu vida e iglesia local.

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LA EPIDEMIA DEL CHISME

En 1520,un hombre bajó de un barco español en México y causó la muerte a miles de personas. El hombre era un soldado bajo el liderazgo de Pánfilo de Narváez, y tenía varicela. El soldado no lo sabía, pero adondequiera que iba exponía a los ciudadanos a una nueva enfermedad. Como resultado de la consiguiente epidemia de varicela murieron muchos miles de ciudadanos mexicanos.

Un hombre. Eso fue todo lo que se necesitó. Su contacto con mexicanos que no sospechaban nada condujo a una horrible y dolorosa calamidad. Los efectos devastadores de esa enfermedad viajaron de una persona a otra e infectaron a un gran segmento de la población.
La propagación de cualquier enfermedad mortal es similar a la propagación de una enfermedad espiritual que a veces afecta a las iglesias: la enfermedad del chisme y las palabras que no edifican (Efesios 4:29-32).

Es común que una congregación feliz y bien equilibrada sea infectada después de que una persona introduce el chisme. Al poco tiempo, el desacuerdo empieza a correr rampante entre personas que habían estado trabajando juntas con entusiasmo, y la iglesia tiene que pasar más tiempo controlando el daño que ministrando.

Cada uno de nosotros debe tener cuidado de no propagar la enfermedad del chisme. Más bien, usemos nuestras palabras para fortalecernos y alentarnos unos a otros. –Dave Branon

Proverbios (20:19)
El que anda en chismes descubre el secreto; No te entremetas, pues, con el suelto de lengua.

Proverbios (17:20)
El perverso de corazón nunca hallará el bien, Y el que revuelve con su lengua caerá en el mal.

Proverbios (12:18)
Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina.

Proverbios (12:19)
El labio veraz permanecerá para siempre; Mas la lengua mentirosa sólo por un momento.

Por contribucion de jovenes_cristianos_de_dios@yahoogroups.com

Proverbios 20:19 (versiones comparadas)

(Reina Valera de 1960)  El que anda en chismes descubre el secreto;
No te entremetas, pues, con el suelto de lengua.

(Biblia de Jerusalem)El que anda murmurando descubre secretos; no andes con quien tiene la lengua suelta.

(Biblia Latinoamericana de 1995) El que habla demasiado traiciona los secretos: ¡desconfía del charlatán!

(Versión Palabra de Dios para Todos) El chismoso no es digno de confianza; no busques la amistad del que habla demasiado.

Murmuración al Estilo Homero Simpson.

Otra acepción a murmuración es » hablar entre dientes». Homero quiere comprar una pistola pero no se la venden por ciertas exigencias técnicas, se va a su casa enojado, refunfuñando y hablando mal del vendedor. Llega a su casa y nadie quiere escucharlo murmurar.

A parte de que la murmuración y el mal decir practicados constantemente resultarán ser en conjunto una especie de alitosis espiritual serán además tan insoportables que hasta los propios seres queridos querrán mantenerse lejos. María, hermana de Moisés, estuvo lejos de su familia y nación por 7 días, la Razón: la murmuración trajo consigo lepra, y la lepra trajo consigo a la soledad.*

*De acuerdo al Talmud se dice que tanto Aarón como María sufrieron de lepra, la diferencia es que en Aarón pudo haber sido de curación más rápida, esto en interpretación de Números 12: 10 cuando se dice: «… y miró Aarón a María». El porqué se destaca que María quedó leprosa por varios días supondría quién inició el «chismorreo» en medio del Pueblo. Aarón y María eran profetas, sus habladurías tenían motivaciones positivas, sin embargo por loables que fueran sus intenciones al «murmurar» o «denunciar» proféticamente a Moisés, Dios lo consideró pecado.